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Aprovechando que tenía ganas de meterle mano al Spriter Pro, me saqué de la chistera a una apuesta chica ruda y la preparé para andar, con vistas, además, a usarla en un futurible juegecillo-experimento-no-quiero-morir-again. Os dejo con la evolución del ciclo de caminar, gracias al feedback molón de muchos amigos majotes en Facebook. Así, pasó de andar cojeando y con los pies haciéndoles cosas raras, a tener un caminar malote de lo más sexy.